LA ESPADA OCULTA EN EL PUENTE DE ALCÁNTARA DE CÁCERES.

Yo, Cayo Julio Lacer, maestro constructor de lo que hoy llamáis, el Puente de Alcántara, y en el que mis cenizas, esperando que la tierra me fuera leve, fueron entregadas al Templo que hice construir para el culto y veneración de los dioses y del César. Obra arquitectónica en la que quise reflejar las tres cualidades que exigía el antiguo Vitrubio a toda edificación: «Firmitas», «Utilitas» y «Venustas», es decir: Firmeza, Utilidad y Hermosura….

Inscripción : «El puente, destinado a durar por siempre en los siglos del mundo, lo hizo Lácer, famoso por su divino arte. El mismo levantó este templo a los divinos Romúleos y a César. Tanto por lo uno como por lo otro su obra es acreedora del favor celestial. Quien ha erigido este enorme puente, con su vasta mole, rindió honor y satisfacción a los dioses».

El Bronce de Alcántara («Tabula Alcantarensis»), la placa en bronce con inscripción en latín del año 104 a. C fue hallada en la finca de Castillejo de la Orden, dentro del término municipal de Alcántara y recoge la rendición incondicional ante los romanos del pueblo indígena de los seanocos. Una versión habla de que los árabes descubrieron una espada de oro enterrada en algún lugar del interior del puente, para unos ya se encuentra desaparecida y otros en cambio creen que sigue oculta en el interior de la infraestructura. http://eda-bea.es/pub/record_card_1.php?page=852&rec=22832

Dicha placa confirma que la zona estuvo habitada en el siglo II a. C. No obstante, el monumento más destacado es su puente, construído posteriormente en época romana, esta infraestructura es una obra de ingeniería única en el mundo por sus dimensiones fue levantada en honor al emperador Trajano.

Tabula Alcantarensis

Posiblemente estemos ante el puente romano más relevante de los que quedan en el mundo. De hecho, su nombre, Alcántara (Al Qantarat), «el puente» en árabe, suficiente para comprender la importancia de esta obra. Fue construído entre los años 105 y 106 por el arquitecto romano Cayo Iulio Lacer en la Vía que comunicaba Norba -actual Cáceres- con Conimbriga – hoy Condeixa-a-Velha-, por lo que no es un acceso a ninguna ciudad.

Está compuesto por seis arcos que salvan una distancia de 214 m. sobre el río Tajo y que se apoyan en cinco pilares y dos estribos en sus extremos.

Sus proporciones son impresionantes, de 48 m. de altura máxima en sus dos arcos centrales. La luz de estos arcos es de 27,34 para el 3º y 28,60 m para el 4º, y son los que permiten el paso habitual del agua. El anterior y el siguiente -el 2º y 5º- miden 22,5 m. y por fin, los dos extremos, el 1º, 28,6 m. y el 6º- 14m. Estas medidas no son producto del capricho, sino de la necesidad de salvar un profundo cauce con crecidas de caudal importantes. Los arcos tienen dos filas de dovelas, la superior más pequeña. 

Los pilares rectangulares miden aproximadamente 12,20 m. por 8,3 m. y tienen tajamares triangulares adosados de 8,3 m. de base y 7 m. cada uno de sus otros lados, formando así una forma pentagonal. Descansan directamente sobre la roca de pizarra, que fue alisada para soportar los sillares a la perfección.

La fabricación del puente es magnífica, de sillares de granito almohadillados -opus cuadratum- colocados en seco a soga y tizón. En algunas ocasiones están unidos por grapas metálicas «cola de milano», concretamente en la zona más baja de los pilares. La altura total del puente es de 57 m. que aumenta si contamos los 14 m. del Arco de triunfo. Las distintas acciones bélicas que ha sufrido en su vida han producido que parte de los arcos se reconstruyesen, en concreto los dos últimos arcos, el 5º y 6º, no son los originales. 

En su lado sur, a la izquierda desde aguas arriba, aparece un templete in altis, en cuyo dintel se aparece una inscripción con el nombre del arquitecto -Cayo Julio Lacer- y la leyenda <que durará tanto cuanto el mundo durare>

En su otro extremo, el norte, se ubica otra construcción de plata cuadrada, la Torre del Oro, bastión de las defensas que en su día se edificaron.

No se conoce con certeza y precisión el origen de Alcántara, para unos proviene de la época andalusí, ya que al-qantara significa el puente en árabe, otros en cambio creen que los árabes la llamaron Kantara As-Saif, (el Puente de la Espada). Sobre esta última posibilidad surge una leyenda, y es que Excalibur, la legendaria espada del Rey Arturo bien podría haber encontrado su ambientación en este puente, tres versiones, con distintas variaciones, de una misma leyenda que hablan sobre la existencia de una misteriosa espada oculta en algún lugar del puente:

Dibujos imprecisos del puente

Este puente es impresionante y muy bello, lo dañaron un par de veces en el mismo arco, el segundo, los portugueses una vez destruyendo el arco y cerrando el paso por él y los franceses otra durante las invasiones napoleónicas, pero se pudo arreglar el arco dañado en ambos casos. Los portugueses dejaron así el Puente de Alcántara, junto a otros cercanos a la provincia de Badajoz como el de Ajuda, y cercanías de Olivenza en una de sus muchas intrusiones en este terreno, pues Olivenza ha sido de Portugal y de España sucesivamente en varias ocasiones hasta ser definitivamente española.

Dibujo de la voladura del puente , impreciso en su forma

Una versión habla de que los árabes descubrieron una espada de oro enterrada en algún lugar del interior del puente, para unos ya se encuentra desaparecida y otros en cambio creen que sigue oculta en el interior de la infraestructura.

Otra versión relata que «sobre el puente hay una alta torre de cuarenta codos de altura. En el remate de esta torre, y entre sus sillares, hay uno donde se halla embutida una espada de metal. Cuando se intenta tirar de la espada solamente sale unos tres palmos aproximadamente y no se la puede extraer más. Cuando se suelta la espada, vuelve ella de nuevo a introducirse rápidamente en su vaina».

Y una última versión, en la que se encuentra basada en la novela de Frank Baer «El Puente de Alcántara» cuenta como el Rey visigodo de Toledo Don Rodrigo, llegó a Alcántara en el siglo VIII huyendo de los moros. Tras morir fruto de una traición su cadáver fue trasladado y le dieron sepultura en Viseu, pero su espada fue colgada del arco más alto del puente a una altura inalcanzable desde el rio, allí permaneció durante siglos, hasta que desapareció sin conocerse los motivos.

Varios cronistas árabes han hecho mención a una misteriosa espada a lo largo de los siglos sin conocer su significado concreto:

 – Ibn Harr (junio de 868): … Este puente es una obra importante elevada sobre un arco de construcción antigua. Encima del arco se ve un sable suspendido que ha permanecido intacto a pesar de los siglos. Se ignora a que hace alusión.

– AL-ZUHRI O Anónimo de Almería, SXII: «Fue construido por los antiguos césares y es muy alto… hay una gran torre…. en la cúspide de la torre, en una de estas piedras, hay una espada de latón. Si se saca, sale solamente como tres palmos. Y no hay nadie que pueda sacarla más y cuando se deja, cae en la piedra como cuando una espada cae en su tahalí, rápidamente».

– AL-AYNI, (m. 1451) : En la parte superior de la torre vemos una piedra que sirve de funda a una espada de bronce. Nadie sabría cómo desvestir completamente la hoja y no puede sacar más de tres columpios. Abandonada a sí misma, la espada regresa a su vaina de roca.

Tras la finalización de la Reconquista cristiana los cronistas dejan de hacer mención a esta arma en sus escritos.

Así debió pensar Cayo Julio Lacer , según la inspiración del autor de este discurso :

Los Dioses, alabados sean, me acompañaron durante la construcción de este paso sobre el río Tagus, que desde Norba comunicaría Conimbriga, ya en nuestra provincia romana de la Lusitania, y desde allí a Olisipo, al sur o a Brácara Augusta, al norte.
Hice dejar escritas en las cuatro lápidas que fueron colocadas en el Arco de Triunfo, a todos los pueblos que con sus tributos contribuyeron a la construcción del puente, pero el paso del tiempo las hicieron desaparecer y la copia que actualmente encontraréis os puede hacer pensar que solo estos pueblos fueron los que sufragaron la obra.

¡¡¡Viajero!!!, piensa que eran muchas las ciudades de la antigua Lusitania que se beneficiaron de esta comunicación con la vía de la Plata y con el resto del Imperio.

Orgulloso de mi obra, y pecando de cierta vanidad, que vosotros justificaréis al ver el Puente, hice dejar escrito, con el favor de mi Emperador Trajano: PONTEM PERPETUI MANSVRVM IN SECULA MVNDI: El puente que permanecerá en pie por los siglos del mundo.
Y hoy, mientras lees estas palabras, la profecía continua, mi obra sigue en pie tras veinte siglos de continuos combates contra la rápida corriente del caudaloso Tajo y los sacrílegos atentados del hombre. Pero ¿qué queda de aquella imagen que en mi retina se grabó al ver concluido el Puente en el año 106 de vuestra era?, ¿cuántas mutilaciones he tenido que ver durante estos siglos?.
En mi memoria aún están grabadas tres fechas que llevaron a impedir su paso a través del puente, y que no fueron producidas por las fuerzas de la naturaleza de este gran río sino la mano del hombre que en su poder de dominación entre los pueblos, no tuvo contemplaciones al cortar algunos de sus seis arcos en el año:

  • 1213, cuando el Rey de Castilla, Fernando II tomó Alcántara a los musulmanes en la época de la Reconquista, se cortó el primer arco más cercano al Templo.
  • 1648, durante la Guerra de la Restauración entre los reinos de Portugal y España, fue el segundo arco de la margen derecha el mutilado.
  • 1809, durante la Guerra de la Independencia, cuando las tropas inglesas y portuguesas intentaron impedir el paso de las francesas, rompiendo el mismo arco.

La visión que actualmente podéis contemplar se la debéis al gran arquitecto D. Alejandro Millán que durante el reinando Isabel II, y concretamente entre los años 1858-60 restauró no solo el arco destruido en 1809 sino también reparó algunos de los pilares y el arco de triunfo, que ya amenazaban ruina, evitando así que no se cumpliera mi profecía.
Loados sean también aquellos ingenieros, con D. Fernandez Casado al frente, que durante la construcción de la presa del embalse aguas arriba y en el momento que el curso del río Tajo quedó cortado, vieron la gran cavidad que existía en la base del tercer pilar, aquel que siempre está bañado por el río y que desde su construcción no había vuelto a quedar visible. Quien sabe, sino se hubiese procedido al arreglo de la base, cuantos años hubiese aguantado el puente con todo su peso, con la base de su pila central totalmente hueca.
El puente, vía de comunicación ejecutada sin una población importante en las inmediaciones, fomentó que al cabo de los siglos se asentara en el cerro de la margen izquierda del río, los primeros habitantes de la actual Villa de Alcántara.
Primero, fueron los pueblos germánicos, aquellos que heredaron nuestro glorioso Imperio Romano y fueron llamados aquí, Visigodos. Y aquellos que llegaron a esta tierra lograron cobijo en mi obra y la llamaron Ovila, que parece ser que en su lengua significaba Puente.
Fue durante la época musulmana, cuando aquella población pasó a llamarse Kantara As-Saif: el Puente de la Espada. ¡¡Cuanto se ha dicho del significado de ese nombre¡¡, que poco de cierto y mucho de erróneo, pero permitirme que, Yo Creador y Custodio de mi obra me reserve mantener oculto el enigma de la Espada.
Y llegada la cristiandad a esta tierra, reyes y caballeros de la Orden Militar de Alcántara consideraron que el conjunto formado por el puente, las murallas y el castillo en la cima del cerro, debía convertir a Alcántara en una fortaleza inexpugnable dado que el único acceso al pueblo desde el Reino de Portugal se debía hacer a través del puente.
¡¡ Qué ignorancia la del hombre¡¡, demostrando su cobardía ante tan faraónica obra al no ver cumplidos sus objetivos en la batalla, dañaron algunos de sus arcos.
Caminante en estas tierras y que aún no has tenido la oportunidad de contemplarlo, he aquí algunos de los testimonios de aquellos que maravillados ante mi obra, reflejaron sus impresiones en estos XX siglos del Puente de Alcántara:

  • El-Idrisi, geógrafo musulmán: «Kantaraf-as-Saif, es una de las maravillas del mundo. Es un castillo, una fortaleza construida sobre un puente, donde la población se encuentra al abrigo de todo peligro ya que sólo puede ser atacada por el lado de la puerta«.
  • Ambrosio Morales, en su «Descripción de las Ciudades de España»: «Al despedirme el Tajo de Estremadura para entrar en el reino de Portugal pasa aquel río por debajo del puente de Alcántara, edificio tan soberbio y suntuoso, que los que han visto los de Roma, y todos los insignes de Europa, no hallan otra fábrica tan maravillosa«.
  • Alonso Morgado, cronista extremeño asegura «que es el más notable edificio que agora en el mundo, el mayor edificio que nos queda en España de toda la antigüedad y  más soberbio y memorable del mundo«.
  • Pero fue más lúcido el gesto del Rey Don Alfonso V de Portugal, pensando en el futuro podría pertenecer a su reino, levantando el cerco de la villa de Alcántara al enterarse de que los españoles iban a cortar el puente, diciendo al jefe de los sitiados «que no lo quebrasen, que él rodearía, porque edificio tal no se gastase, pues no quería el reino de Castilla con aquel edificio menos«.
  • Antonio Ponz en su obra «Viage por España» señala: «Tiene mil razones qualquier hombre de buen gusto, que arriba á la villa de Alcántara, para estar impaciente hasta satisfacer su curiosidad en ir á ver una de las obras mas portentosas, y mas útiles en su línea, que se han hecho en quantos siglos han pasado desde que se construyó hasta ahora, qual es la que nos dexó la grandeza de los Romanos en el soberbio puente de Alcántara. De mí sé decir, que no bien me había apeado en la posada, quando me encaminé á verlo; y sin embargo de quanto sabia de él, me sorprehendió el contemplar tan admirable, y magnífica obra«.
  • El historiador Yepes en su «Crónica de San Benito» describe: «Está la villa de Alcántara junto al Tajo y al gran puente que le da el nombre y es uno de los más soberbios edificios del mundo, y por serlo tanto, los moros dieron al pueblo del nombre de Alcántara, que en su lengua quiere decir el puente. Por las medidas que tiene el Puente se entiende que sea el más bravo edificio que ninguno de los de Roma, y quien lo a visto, se espanta de ello«.
  • D. Fernandez Casado escribió: «Es el edificio más duradero creado por la mano del hombre, resistiendo en plena forma el paso del tiempo y los agentes destructores. Pasan los viandantes bajo su Arco Triunfal y las avenidas se peinan en las hileras de sus pilares, y el puente sigue siendo puente de paso sobre el río y puente de enlace entre generaciones sucesivas. Que nadie construya puentes en España, sin haber pasado por Alcántara«.

Viajero, tu que caminas sobre mi obra, siente mi espíritu y el de todos que allí dejaron su vida, acaricia en nuestro nombre esta mole granítica, para que mis plegarias y sacrificios a los Dioses ante el Ara del Templo, sean escuchadas y cumplidas:
Que los hijos de vuestros hijos, sigan viendo discurrir las aguas del Tajo bajo los arcos del Puente
Ya que este fue construido para seguir en pie hasta el Día del Fin del Mundo.

Fuentes: (Supuesto monólogo del arquitecto creador escrito por Juan Carlos Alvarez Duránwebmaster de  puentealcantara.es),
http://www.spanisharts.com/arquitectura/, http://www.extremaduramisteriosa.com .
Archivo Epigráfico de Hispania. También puede interesar esta referencia
http://dx.doi.org/10.3989/arq.arqt.2016.023 http://arqarqt.revistas.csic.es/index.php/arqarqt/article/view/193/268

(Banco de Imágenes del Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa) .

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